La alimentación en personas con diabetes e hipertensión arterial

Profesional médico midiendo la presión arterial

La diabetes y la hipertensión, también conocida como presión arterial alta, son dos afecciones crónicas que, cuando se presentan juntas, pueden aumentar el riesgo de complicaciones graves, como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, entre otras.

Ambas condiciones están estrechamente relacionadas con la dieta y el estilo de vida, lo que significa que las elecciones alimentarias pueden desempeñar un papel crucial en su prevención o en su control.

Junto con la obesidad y la dislipemia, de la que ya hemos hablado anteriormente en Soluciones para la Diabetes, la diabetes y la hipertensión suponen los principales riesgos de padecer una enfermedad cardiovascular.

Recomendaciones alimentarias para el control de la diabetes y la hipertensión

Como hemos comentado anteriormente, tanto la diabetes como la hipertensión arterial tienen en común la importancia de la alimentación para mejorar o ayudar a controlar estas complicaciones, por lo que una dieta sana, equilibrada, y supervisada por un profesional médico que la adapte a nuestra situación,

Controla los carbohidratos

El control de los carbohidratos es fundamental. Los carbohidratos se descomponen en azúcares en tu cuerpo, lo que afecta tus niveles de glucosa en sangre. Opta por carbohidratos complejos, como granos enteros, legumbres y verduras, en lugar de carbohidratos refinados. Aprende la diferencia entre hidratos de absorción rápida y lenta para poder planificar cuándo es mejor consumir un tipo u otro.

Reduce el consumo de sal

La hipertensión a menudo está relacionada con el consumo excesivo de sal. Reduce la cantidad de sal en tu dieta y evita los alimentos procesados que suelen contener altos niveles de sodio. Usa hierbas y especias para dar sabor a tus comidas en lugar de la sal.

Proteína magra

Las proteínas magras, como el pollo, el pavo, el pescado (muy recomendables los pescados ricos en ácidos grasos Omega-3) y el tofu, son buenas opciones para mantener una dieta equilibrada. Estas proteínas ayudan a mantener la saciedad y evitan el aumento repentino de la glucosa en sangre, además de ser de alta calidad biológica.

Grasas saludables

Las grasas saludables, como las que se encuentran en el aceite de oliva, aguacates y nueces, son importantes en tu dieta. Estas grasas pueden ayudar a reducir la inflamación y mejorar la salud cardiovascular.

Consume alimentos ricos en fibra

Los alimentos ricos en fibra mejorar nuestra salud intestinal y cardiovascular, y disminuyen los niveles de colesterol y glucosa. Hemos hablado sobre la importancia de consumir alimentos ricos en fibra en este artículo.

Controla la cantidad de comida

Mantener el control de las porciones es esencial. Evita el exceso de comida y utiliza platos más pequeños para ayudar a regular la cantidad de alimentos que consumes. Esto puede ayudar a controlar tanto los niveles de azúcar en sangre como la presión arterial.

Vigila los estimulantes

La cafeína o la teína, así como otras bebidas estimulantes o algunos alimentos como el cacao, pueden incrementar la presión arterial. Conviene controlar su consumo o limitarlo.

Cuidado con el alcohol

Tanto para la diabetes, como comentamos en este post sobre el alcohol y la diabetes, como para tu presión arterial. No existe cantidad diaria recomendada para el alcohol, independientemente del tipo que sea, y en personas con diabetes e hipertensión, es menos recomendable.

Conclusiones sobre alimentación en personas con diabetes e hipertensión

La alimentación desempeña un papel crucial en el manejo de la diabetes y la hipertensión. Sin embargo, cada persona es única y puede requerir un enfoque personalizado. Aquí hay algunas conclusiones generales:

  • Trabaja en colaboración con un profesional de la salud, como un dietista o un endocrinólogo, para desarrollar un plan de alimentación adaptado a tus necesidades específicas.
  • Realiza un control regular de tus niveles de glucosa en sangre y presión arterial para asegurarte de que tus esfuerzos estén dando resultados positivos.
  • No te desanimes si cometes errores ocasionalmente. Mantener una alimentación saludable es un proceso constante y a veces puede ser un desafío.
  • Fomenta un estilo de vida activo que incluya actividad física regular. Esto puede ayudar a controlar tanto la diabetes como la hipertensión. Recuerda que el sedentarismo es un peligro para tu salud.

En resumen, la alimentación en personas con diabetes e hipertensión es un componente esencial para su tratamiento, e incluso como medida de prevención. Con la orientación adecuada y un compromiso con un estilo de vida saludable, es posible mantener estas condiciones bajo control y llevar una vida plena y activa.

Recuerda que es conveniente trabajar con profesionales médicos que puedan ayudarte a mejorar tanto tus objetivos de control de la diabetes, como unos niveles de presión arterial adecuados para mantenerte saludable.

Referencias:

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.