El cordero asado es uno de los platos típicos de la cocina castellana, y es muy habitual prepararlo en fechas navideñas. Como todas las carnes, no aporta carbohidratos a nuestro organismo, pero sí tiene algunas particularidades que se deberían tener en cuenta antes de consumirla.
En este artículo hablaremos sobre la carne de cordero, haremos un breve repaso a su origen, comentaremos su valor nutricional, las diferentes piezas y formas de prepararlo y, como no podía ser de otra manera, veremos si es un tipo de carne recomendada para personas con diabetes.
¿Qué es el cordero?
Lo que comúnmente se conoce por cordero es la oveja de menos de un año, que proviene habitualmente de la oveja doméstica, y que suele tener un peso de entre 5kg y medio y 25kg.
Su origen se remonta entre 11.000 y 9.000 años atrás, siendo la primera variedad de ganado que el hombre domesticó para su consumo y para la obtención de pieles. Descendientes del muflón salvaje, éstos tenían cualidades muy valiosas para su domesticación: no pesaban en exceso, eran poco agresivos y tenían una tasa muy elevada de reproducción.
Actualmente, y según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), podemos encontrar más de 1.100 razas de ovejas diferentes, que pueden catalogarse en función del uso que tengan: productoras de lana, para consumo alimentario o para obtener leche. Como es habitual en el mundo animal, algunas de ellas están en peligro de extinción.
La carne de cordero, a diferencia de la carne de ejemplares de más edad y peso, es más tierna y menos grasa, y suele considerarse como una carne de más calidad que la del cordero mayor. Es por este motivo que, en las fiestas navideñas, el lechazo o cordero lechal asado es un plato típico y de éxito asegurado.
Ahora bien, ¿qué características tiene la carne de cordero? Las explicamos a continuación.
Características de la carne de cordero
Como comentábamos anteriormente, la carne de cordero joven se considera de más calidad debido a diversas razones: es más tierna, menos grasa y tiene un sabor más suave. Especialmente la de los corderos lechales, cuya edad está entre el mes y el mes y medio.
A medida que su edad aumenta, con un tope de un año ya que las ovejas o carneros que superan esta edad no suelen utilizarse en la cocina, su grasa también aumenta y la carne pierde ternura y es más fuerte. Así pues, lo más habitual a la hora de buscar una carne de cordero de calidad será buscarla de lechal o recental (entre el mes y medio y los 4 meses de edad).
Del cordero se pueden obtener diferentes cortes en su despiece, ofreciendo mucha versatilidad a la hora de prepararlo: chuletas, paletilla, pierna entera, jarretes…
Su valor nutricional aproximado por 100 gramos de peso crudo, y siempre dependiendo de la alimentación del animal y del corte, ya que hay partes que pueden tener más o menos grasa, es el siguiente:
| Nutriente | Aporte |
|---|---|
| Energía (Kcal) | 185 |
| Proteína (g) | 19 |
| Carbohidratos (g) | 0 |
| Grasa (g) | 11,5 |
| Fibra (g) | 0 |
| Colesterol (mg) | 67 |
Como vemos, es una carne rica en proteínas y bastante calórica debido a su alto contenido en grasa. Más allá de las recomendaciones habituales de no consumir carne roja en exceso, la de cordero es un tipo del que no se debe abusar particularmente. Otros datos de interés es que es una carne rica en vitaminas y minerales, y también en ácido graso Omega-3, cuyo consumo se considera muy beneficioso para la salud.
Carne de cordero y diabetes
Una vez ya conocemos qué aporta la carne de cordero a nuestro organismo, hemos de ver si su consumo es apto para personas con diabetes. Lo principal, como decíamos al inicio del artículo, es que el consumo de carne no afecta a los índices de glucosa ya que no tiene carbohidratos. Esto no significa que una persona con diabetes pueda comerla sin control, ya que tiene otros elementos que pueden afectar negativamente al control de la diabetes a medio plazo.
Su alto contenido en grasa hace que los platos preparados con cordero sean muy calóricos, por lo que no se debería abusar de los acompañamientos como el arroz o las patatas. Lo ideal sería, por ejemplo, acompañarlo con verduras. El aumento de peso está directamente relacionado con el riesgo de padecer diabetes tipo 2, por lo que en caso de no tener diabetes sigue siendo aconsejable no abusar del consumo de este tipo de carnes.
La dieta de una persona con diabetes ha de ser variada, siempre y cuando tenga en cuenta las recomendaciones que le haya realizado su médico especialista. Al final, todo se reduce a comer de forma saludable pero llevando un control más exhaustivo de la dieta, y este es un consejo que todo el mundo debería seguir.
A través de este enlace encontraréis una riquísima receta de cordero al horno, un plato típico que suele prepararse en navidad.
Referencias:
- El Español. La carne roja también podría aumentar el riesgo de diabetes. Consultado el 20 de noviembre de 2020.
- Vitonica. Para qué sirve y por qué es importante el Omega 3. Consultado el 20 de noviembre de 2020.
- Asociación Diabetes Madrid. La navidad de un diabético puede ser dulce. Consultado el 20 de noviembre de 2020.
