Tengo diabetes, ¿puedo tomar té?

El té es una bebida milenaria que tiene propiedades muy interesantes. ¿Podemos tomarla si tenemos diabetes?

tomar té si tienes diabetes

El té es una de las bebidas más populares del mundo junto con el café. Se toma de mil formas diferentes, y en infinidad de países. En algunos es una tradición, como la ceremonia del té japonesa; en otros es una costumbre, como el té de las 5 o’clock en Gran Bretaña. Lo que es seguro es que su popularidad pocas veces ha decaído, y que el té y otras infusiones siempre han estado relacionadas con el bienestar y la salud.

¿Qué hay de cierto en esto? Lo veremos a continuación, donde hablaremos de sus propiedades y características, y sobre si es conveniente su consumo si tenemos diabetes.

Qué es el té: características y propiedades

El té es una planta de origen asiático (Camellia sinensis), continente que sigue siendo el mayor productor del mundo. Como ocurre con el resto de las infusiones, para preparar un té es necesario infusionar sus brotes y hojas en agua caliente durante un tiempo determinado (cuanto más rato, más fuerte suele estar al desprender más sustancia debido al calor). Aunque hay otras formas de prepararlo, la más habitual en nuestro país, y en muchos otros, es la infusión.

Infusionar consiste en elevar la temperatura del agua hasta estar cercana al punto de ebullición (la temperatura puede variar también dependiendo del tipo de infusión), y entonces añadir los brotes y hojas de la planta que infusiones, en este caso del té. Mantenerlo un tiempo dentro, colarlo para que no queden restos de hojas, y ya estaría listo para tomar. Tan sencillo como eso.

Las diferentes variedades pueden estar sometidas a diferentes procesos naturales para su elaboración, como el de oxidación, que consiste en cortar o triturar en mayor o menor medida las hojas y brotes para que al entrar en contacto con el oxígeno libere más enzimas. Esto afecta a su color, sabor y propiedades.

El té, en sus diferentes variedades, tiene propiedades bastante interesantes que lo convierten en una buena alternativa como bebida, tanto para hidratarnos, como para tomarla después de la comida o cuando nos apetezca.

Esto es gracias a componentes como los flavonoides, un fitonutriente que también podemos encontrar en otros alimentos como frutas y verduras, y que tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Esto ayudaría a prevenir enfermedades cardiovasculares o inflamatorias.

Hay que tener en cuenta que el té contiene teína, una sustancia molecularmente idéntica a la cafeína y que, por lo tanto, tiene características similares, aunque presenta ciertas diferencias. La principal, y la que más podría interesarnos conocer, es que la cafeína se libera de forma más rápida en nuestro organismo, y por eso su efecto es más rápido y estimulante que el de la teína.

Existen muchas variedades de té, entre las que destacan las siguientes:

  • Té verde: El más habitual, y el que te servirán en cualquier parte salvo que especifiquen otra variedad diferente. Es rico en flavonoides y otros polifenoles, y no está sometido a mucha oxidación.
  • Té negro: Otra variedad muy popular, y que como diferencia principal con el verde consiste en que se le somete a una oxidación total para su consumo.
  • Té matcha: Similar al té verde en cuanto a propiedades. Está completamente molido y tiene bastante cantidad de cafeína.
  • Té blanco: Menos cafeína que el té negro, de hojas y brotes poco procesados.

¿Y si tengo diabetes?

En principio, y salvo que nuestro médico nos diga lo contrario, o que tengamos algún tipo de alergia o intolerancia que lo impida, tener diabetes no es un impedimento para tomar té. Como en muchos otros casos, a menudo depende más de con qué acompañemos cierto alimento, que del alimento en sí.

Entre las propiedades del té, sobre todo del té verde, se encuentran la estimulación de las células para facilitar la absorción de glucosa, reduciendo así los niveles de azúcar en sangre.

Por lo tanto, si al té le echas algún edulcorante, lo que debes tener en cuenta es el tipo de edulcorante que vayas a consumir, y no el té en sí. En España no es tan habitual, pero en otros países el té se mezcla con leche, por ejemplo.

Como siempre, en caso de tener alguna duda sobre aspectos referentes a nuestra dieta, lo más recomendable es consultar con nuestro médico para que trate nuestro caso de forma personalizada.

Referencias:

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.