Dietas cualitativas o dietas cuantitativas. ¿Qué es mejor en la pérdida de peso?

La diabetes y los beneficios de una dieta equilibrada

Que tener sobrepeso u obesidad se relaciona directamente con la aparición o el mal pronóstico de la diabetes tipo 2, es algo que hace tiempo que sabemos (Knowler 2002, Pastors 2002). A pesar de no ser el único determinante, la presencia excesiva de grasa en nuestro cuerpo juega un papel muy importante. Ésta, sobretodo si es visceral (se encuentra entre los órganos y no subcutánea), condiciona cómo la glucosa será detectada por nuestras células y eso, a su vez, determinará la forma en la que el páncreas trabajará para crear insulina para compensarlo .

Por ello, las acciones preventivas y los tratamientos frente a la diabetes tipo 2 pasan por promover mejoras en el estilo de vida que favorezcan la pérdida de peso. La pérdida de peso ha demostrado ser beneficiosa para mejorar el control glucémico y reducir la necesidad de medicamentos hipoglucemiantes (ADA 2021).

¿Y cómo conseguirlo?

Las terapias médico-nutricionales habitualmente se han centrado en disminuir el aporte de calorías de la dieta, la conocida restricción calórica. Un balance negativo entre las calorías gastadas y las consumidas dará como resultado la pérdida de peso.

Balance calórico

Sí, pero no todo se reduce a un cálculo matemático que solo tenga en cuenta el equilibrio energético como principio físico sin considerar los mecanismos biológicos que promueven la ganancia/pérdida de peso. De hecho, basar las recomendaciones globales en la restricción calórica y la limitación de la ingesta se ha demostrado que no funciona (Ludwing 2021).

Además, debemos recordar que el proceso de alimentación no es exclusivamente un acto de supervivencia. La alimentación actualmente conlleva la toma de decisiones que se hacen e involucran el hedonismo (a través del gusto, olfato y textura), el estado emocional (estar ansioso o relajado forman parte de los condicionantes con los que tomamos decisiones alimentarias), la situación que nos rodea (una celebración, si comemos mirando la televisión, si tenemos prisa, etc.), entre otros.

Simplificar a sumar y restar calorías nuestra alimentación es un error, ya que las elecciones alimentarias que hacemos son consecuencia de diversos aprendizajes, estados de ánimo o creencias.

Por todo ello, es difícil centrar nuestro objetivo en contar calorías en un contexto como el que hemos nombrado, ya que son muchos los estudios que concluyen que las dietas restrictivas son muy complejas de seguir a largo plazo y el porcentaje de abandono es muy elevado (Ge 2020). Un cambio estricto, intenso, poco adaptativo y poco flexible puede provocar un efecto importante a corto plazo, pero habitualmente la recaída y la recuperación del peso es igual de brusca.

efecto rebote

De hecho, las autoridades de salud se enfocan principalmente en los problemas asociados con la obesidad promoviendo la reducción de la ingesta excesiva de calorías aunque también de azúcar, sal y grasas saturadas (Bruins 2019). Sin embargo, pasan por alto la importancia de un mensaje positivo asociado con la promoción de una ingesta adecuada de nutrientes como parte de una dieta equilibrada. Solo hablan de evitar y restar, no de potenciar y sumar.

¿Qué son las dietas cualitativas?

Cuando en vez de centrar nuestro foco en las calorías, lo enfocamos en mejorar la calidad de los alimentos que consumimos, la dieta deja de ser restrictiva y pasa a ser una dieta cualitativa.

Disminuir la densidad calórica a través de evitar el consumo de alimentos ultraprocesados, facilitar las cocciones o utilizar alimentos naturales y no precocinados, por ejemplo, son algunas de las estrategias de las dietas cualitativas. Cambiamos el mensaje negativo de prohibición, vetos y tabúes de ciertos grupos de alimentos por un mensaje positivo de promover, incrementar y fomentar otros más saludables. Además, incidimos en algo más importante, el cambio de un hábito que pueda perdurar para toda la vida.

Las dietas cualitativas más conocidas son: la dieta mediterránea, la dieta DASH (por sus siglas en inglés Dietary Approaches to Stop Hypertension) y las dietas vegetarianas o veganas. Todas, han demostrado mejorar la salud integral del paciente además de promover la pérdida de peso de forma colateral de una forma más sostenible en el tiempo, ya que inducen en el sujeto un cambio de estilo de vida en vez de un régimen estricto.

En un estudio que realizamos, observamos incluso que el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 venía más determinado por la calidad de la dieta de las personas que por la propia presencia de obesidad (Díaz-Rizzolo 2020). Existen diversos mecanismos que lo explican, entre ellos la mejora de la calidad de la microbiota intestinal, las bacterias que tenemos presentes en nuestro tracto digestivo que pueden influir en nuestra salud en distintos niveles.

Por todo ello, si existe presencia de sobrepeso u obesidad podemos conseguir una pérdida de peso pero como resultado colateral a una mejora de la calidad de la dieta. Seguir una dieta cualitativamente más saludable deberá ser la prioridad en el tratamiento y la prevención de la diabetes tipo 2, especialmente en personas de edad avanzada donde la pérdida de peso brusca pueda conllevar otros riesgos de salud.

Referencias

  • Knowler WC, Barrett-Connor E, Fowler SE, et al.; Diabetes Prevention Program Research Group. Reduction in the incidence of type 2 diabetes with lifestyle intervention or metformin. N Engl J Med 2002;346:393–403
  • Pastors JG, Warshaw H, Daly A, Franz M, Kulkarni K. The evidence for the effectiveness of medical nutrition therapy in diabetes management. Diabetes Care 2002;25:608–61
  • ADA (American Diabetes Association). Standards of Medical Care in Diabetes—2021. Diabetes Care 2021 Jan; 44 (Supplement 1): S1-S2. https://doi.org/10.2337/dc21-Sint
  • David S Ludwig, Louis J Aronne, Arne Astrup, Rafael de Cabo, Lewis C Cantley, Mark I Friedman, Steven B Heymsfield, James D Johnson, Janet C King, Ronald M Krauss, Daniel E Lieberman, Gary Taubes, Jeff S Volek, Eric C Westman, Walter C Willett, William S Yancy, Jr, Cara B Ebbeling, The carbohydrate-insulin model: a physiological perspective on the obesity pandemic, The American Journal of Clinical Nutrition, 2021;, nqab270, https://doi.org/10.1093/ajcn/nqab270
  • Ge L, Sadeghirad B, Ball GDC, da Costa BR, Hitchcock CL, Svendrovski A, Kiflen R, Quadri K, Kwon HY, Karamouzian M, Adams-Webber T, Ahmed W, Damanhoury S, Zeraatkar D, Nikolakopoulou A, Tsuyuki RT, Tian J, Yang K, Guyatt GH, Johnston BC. Comparison of dietary macronutrient patterns of 14 popular named dietary programmes for weight and cardiovascular risk factor reduction in adults: systematic review and network meta-analysis of randomised trials. BMJ. 2020 Apr 1;369:m696. doi: 10.1136/bmj.m696.
  • Bruins, M.J.; Van Dael, P.; Eggersdorfer, M. The Role of Nutrients in Reducing the Risk for Noncommunicable Diseases during Aging. Nutrients 2019, 11, 85.
  • Díaz-Rizzolo DA, Kostov B, López-Siles M, Serra A, Colungo C, González-de-Paz L, Martinez-Medina M, Sisó-Almirall A, Gomis R. Healthy dietary pattern and their corresponding gut microbiota profile are linked to a lower risk of type 2 diabetes, independent of the presence of obesity. Clin Nutr. 2020 Feb;39(2):524-532. doi: 10.1016/j.clnu.2019.02.035. Epub 2019 Mar 4. PMID: 30876826.

Compartir artículo

La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.