
Una receta para el verano que alimenta, reconforta y cuida la glucosa
Julio es sinónimo de calor, días largos y, sobre todo, de productos de temporada llenos de color, sabor y beneficios para la salud. Las recomendaciones nutricionales para personas con diabetes tipo 2 siguen reforzando la importancia de una alimentación basada en ingredientes frescos, de bajo índice glucémico, y adaptada a las estaciones.
La buena noticia es que tanto la calabaza como la zanahoria, dos joyas del huerto veraniego, pueden formar parte de una alimentación saludable para personas con diabetes. Si bien ambas contienen azúcares naturales, su alto contenido en fibra, vitaminas antioxidantes y agua, ayuda a regular su absorción y mejorar la respuesta glucémica, sobre todo cuando se cocinan al dente y se combinan con una fuente de grasa saludable y proteínas, como haremos aquí.
Además, esta receta es una forma excelente de introducir verduras de forma atractiva, reconfortante y gourmet, perfecta para una comida ligera de verano o una cena que se puede tomar templada.
Por eso, hoy proponemos una receta que combina sencillez, textura cremosa y un perfil nutricional ideal para mantener la glucosa a raya sin renunciar al placer del buen comer:
- 160 g de arroz integral o arroz arborio (si se desea una textura más clásica)
- 300 g de calabaza pelada y troceada en dados pequeños
- 1 zanahoria mediana rallada o picada muy fina
- ½ cebolla morada o cebolleta (más digestiva en verano)
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 600 ml de caldo vegetal sin sal (mejor casero)
- 1 cucharadita de cúrcuma o jengibre fresco rallado (opcional)
- Pimienta negra y nuez moscada al gusto
- 1 cucharada de levadura nutricional o parmesano rallado (opcional, para dar cremosidad)
- Perejil fresco picado para decorar
- Un puñado de nueces o pipas de calabaza tostadas (para dar textura y grasas saludables)
- Sofrito suave y digestivo:
- En una sartén grande, calienta el aceite de oliva y sofríe la cebolla picada finamente a fuego medio durante 5-7 minutos, hasta que esté transparente. Añade la zanahoria rallada y saltea un par de minutos más.
- La calabaza como protagonista:
- Incorpora la calabaza en dados pequeños y cocina otros 5 minutos. Añade la cúrcuma o jengibre si decides usarlos: ambos son antiinflamatorios naturales y aportan un toque exótico sin afectar negativamente la glucemia.
- El arroz entra en juego:
- Añade el arroz y rehoga durante 2-3 minutos para que se impregne bien. Comienza a incorporar el caldo poco a poco, removiendo constantemente y esperando a que se absorba antes de añadir más líquido.
- Textura cremosa sin nata ni mantequilla:
- A medida que el arroz se va cocinando (unos 20-25 minutos), verás cómo la mezcla se vuelve cremosa gracias al almidón del arroz y a la textura fundente de la calabaza. Si quieres más cremosidad, puedes añadir una cucharada de levadura nutricional o parmesano.
- Toca servir:
- Sirve caliente o templado, coronado con un poco de perejil fresco picado y las nueces o pipas de calabaza por encima.
¿Por qué es apto para personas con diabetes?
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Bajo índice glucémico: el arroz integral y la fibra de las verduras ayudan a evitar picos de glucosa.
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Sin azúcares añadidos ni lácteos innecesarios: usamos el dulzor natural de la zanahoria y calabaza.
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Grasas saludables y micronutrientes: gracias al aceite de oliva y los frutos secos.
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Fácil de digerir: ideal para el verano, sin platos pesados ni ingredientes procesados.