Sustitutos de la carne, ¿son más sanos que la propia carne?

Los productos que sustituyen a la carne animal han llegado para quedarse, y son una buena opción para evitar el consumo de carne roja, aunque tienen algunos peros.

Tofu, sustituto de la carne

La alimentación es un tema que siempre está rodeado de controversia, ya sea por la idoneidad de algunas dietas, o por la ética sobre el consumo de ciertos alimentos (especialmente de origen animal y sus derivados).

El vegetarianismo o el veganismo son opciones perfectamente aceptables y que cada día cuentan con más adeptos, y aunque siempre es mejor consultar con un profesional médico o nutricionista sobre el impacto que este tipo de dietas pueden tener sobre nosotros, muchas personas se inician en ellas sin el consejo de un profesional.

Como bien sabéis, nosotros no estamos aquí para suplir ese consejo ni para posicionarnos a favor o en contra, pero sí para comentar algunos temas de interés que pueden ser de utilidad para las personas con diabetes. En este caso, nos gustaría hablar sobre los alimentos y productos alimenticios creados para sustituir a la carne y sus productos derivados, una tendencia que incluso grandes cadenas de comida rápida están adoptando debido a la cada vez más extensa aceptación por parte de los consumidores. ¡Empezamos!

¿Qué son los sustitutos de la carne?

Cuando hablamos de los sustitutos de la carne, hacemos referencia a productos o elaboraciones creadas para simular a un alimento basado en carne animal. Esto lo vemos de forma frecuente en forma de hamburguesas, piezas de pollo rebozado o a la brasa, albóndigas, o formas que imitan a los platos tradicionales hechos con carne.

Uno de los principales argumentos utilizados para defender el consumo de carne hace referencia a la aportación de proteína y a la calidad de esta. Lo cierto es que la carne de origen animal es rica en proteína, pero su eliminación no supondría un problema al ser sustituida por otros alimentos si se planifica la dieta de forma correcta. Incluso algunos estudios apuntan a que una dieta vegetariana podría reducir el riesgo de diabetes tipo 2.

Dicho esto, es importante entender cuál es el componente principal de los sustitutos de la carne, y cómo hacen para imitar tanto al textura como el aspecto en algunas ocasiones, para que tengamos la sensación de estar comiendo carne auténtica.

Como siempre, cuando hablamos de alimentación hay que tener en cuenta que existen muchas marcas y formas de consumir un mismo tipo de comida, y no podemos pararnos a evaluarlas todas. Es importante que leamos las etiquetas de los productos que compramos en un supermercado, porque pueden diferir de uno a otro e incluso del que podemos tomar en un restaurante.

¿Cuál suele ser el ingrediente principal de los alimentos que sustituyen a la carne?

Hamburguesa vegetal

Los productos que sustituyen a la carne suelen estar preparados con alimentos de origen vegetal. Esto son legumbres, cereales y verduras como la soja sobre todo. Al cambiar alimentos de tipo animal, que suelen tener un índice glucémico bajo o nulo, por otros en los que lo normal es que la presencia de hidratos de carbono sea más alta como los cereales o las legumbres, es algo que tendrá que tenerse en cuenta a la hora de planificar la dieta.

Los cereales y las legumbres son alimentos de índice glucémico medio/bajo, pero aun así siguen siendo superiores a la carne en sí. Además, algunos de estos alimentos también proporcionan proteínas de alto valor biológico, como la soja o sus derivados (tofu, tempeh, etc.).

La composición de cada producto podrá ser diferente, pero los que encontraremos más a menudo suelen combinar estos grupos principales.

Entonces, ¿es más sano?

El consumo de algunos tipos de carne suele estar cada vez menos recomendado, especialmente si hablamos de carne roja y productos derivados. Aunque las carnes blancas no estén tan desaconsejadas (pollo, conejo, pavo…), tampoco es recomendable un consumo elevado de estas.

Sin embargo, las verduras, los cereales o las legumbres son alimentos muy recomendados por su alto valor nutricional, su bajo contenido en grasas saturadas, y su . Estos grupos componen el grueso de la llamada dieta mediterránea, una de las mejores del mundo según estudios y especialistas en nutrición, gracias a ser muy equilibrada y variada.

Si eliminamos el consumo de carnes rojas y lo sustituimos por productos de base vegetal, parece que a priori sí sería un movimiento que mejoraría nuestra alimentación. Como todo, tendría que evaluarse cómo está creado cada producto de forma concreta para poder afirmar con rotundidad que es mejor consumir un tipo de alimento por encima de otro.

Ante este escenario, volvemos a la recomendación de leer las etiquetas de los productos para ver su composición, especialmente para aquellas personas (como las personas con diabetes) que necesiten planificar sus comidas, o que tengan intolerancias o algún objetivo concreto como la pérdida de peso.

Y por último, ¿significa que si como este tipo de alimentos puedo también sustituir los aportes recomendados de verduras, legumbres y cereales? Aquí sí tenemos una respuesta clara: no. De hecho, consumir estos alimentos sigue siendo prioritario para seguir una dieta sana y variada, y en ningún caso debemos sustituirlos. A ser posible, es mejor consumirlos en su forma original que no procesados.

Ahora bien, siempre tenemos la opción de recrear estos productos en casa con ingredientes completamente naturales y sin que sean sometidos a ningún proceso para su creación. Esta sería la opción más recomendable de todas, porque tendríamos controlado en todo momento los ingredientes que utilizamos y el proceso que seguimos.

Recordad que siempre es mejor si ante cualquier duda o consulta, acudimos a un profesional médico o a un experto en nutrición para que nos ayude. Solo ellos podrán evaluar nuestro estado y nuestras necesidades para hacer una recomendación fiable y segura.

Referencias:

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.