Diabetes y Ramadán

El Ramadán es uno de los ritos musulmanes más importantes, pero su ayuno puede complicar el control y la gestión de nuestra diabetes.

Festividad musulmana del Ramadán

Las personas con diabetes necesitan llevar un control constante sobre su nivel de glucosa en sangre para evitar complicaciones, especialmente aquellas con diabetes tipo 1. Debido a que producen poca insulina, o directamente no producen, requieren obtenerla de forma externa para facilitar la absorción de la glucosa.

Cuando ingerimos alimentos, o cuando estamos un tiempo sin ingerirlos, nuestros niveles de glucosa sufren alteraciones. Por este motivo, la alimentación es un pilar fundamental en el tratamiento de la diabetes, ya que llevando un buen control de los hidratos que ingerimos nos ayuda a mantener unos niveles estables.

Algunas religiones dictan a sus fieles una serie de normas que están directamente relacionadas con la alimentación. Encontramos desde la prohibición de comer algunos alimentos en días concretos (o siempre), hasta épocas donde se requiere un ayuno intermitente.

Hoy hablaremos sobre el islam y el ramadán, su festividad más importante y la que plantea una restricción más fuerte durante su celebración.

¿Qué es el Ramadán?

El noveno mes del calendario musulmán se llama Ramadán, y su etimología proviene del árabe ramada, que significa quemar, haciendo referencia al perdón de los pecados que se efectúa este mes.

Para limpiar los pecados, los fieles del islam hacen un ayuno (conocido como «sawn») que dura desde que sale el sol hasta que se pone, haciendo que solo puedan ingerir alimentos o beber líquidos durante pocas horas al día.

La diabetes durante el mes del Ramadán

Como en todo, hay excepciones: los menores de 12 años, las mujeres embarazadas, los ancianos y los enfermos no deben seguir este ayuno, aunque se sabe que en algunos casos, estos últimos pueden alterar su medicación para intentar cumplir con el «sawn».

El fin del Ramadán, que es uno de los cinco pilares del Islam, es la auto-purificación a través de la fuerza de voluntad, la paciencia y la fe, lo que lleva a un mejor conocimiento de uno mismo.

La diabetes durante el Ramadán

Como comentábamos al principio del artículo, la diabetes requiere de atención constante, y para aquellas personas insulinodependientes, la adhesión al tratamiento, la alimentación y la actividad física son de vital importancia.

Los preceptos del Ramadán dificultan llevar una ingesta de alimentos de forma regular durante el día, lo que puede presentar ciertas dificultades a la hora de controlar la diabetes durante este mes. Algunos de los problemas más habituales a los que una persona musulmana con diabetes puede hacer frente durante este mes son los siguientes:

  • Si existen complicaciones previas asociadas a la diabetes, como problemas hepáticos o de visión, existe riesgo de que se vean agravados debido al ayuno.
  • Aumenta el riesgo de sufrir una hipoglucemia al producirse un descenso en los niveles de azúcar en sangre. En caso de sufrir una, es recomendable interrumpir el ayuno de inmediato.
  • En caso de seguir estrictamente el Ramadán y modificar el tratamiento sin consultar con un médico, puede aumentar el riesgo de cetoacidosis. Cuando el cuerpo no utiliza glucosa como energía al no tener suficiente insulina, empieza a utilizar las reservas de grasa.

Lo mejor, en cualquier caso, es consultar con nuestro especialista y planificar correctamente el mes de Ramadán para evitar males mayores derivados de un mal control de la diabetes.

Si el médico nos da el visto bueno para el ayuno, hay una serie de pautas que podemos tener en cuenta:

  • Debido a que estaremos todo el día sin poder comer o ingerir líquidos, es recomendable tomar carbohidratos de absorción más lenta y de bajo índice glucémico.
  • Es probable que el tipo de insulina también varíe para adecuarse a nuestras necesidades.
  • Por precaución, se debe aumentar el número de mediciones de glucosa que realizamos habitualmente.
  • Intenta evitar los atracones cuando termine el ayuno del día, come cantidades pequeñas y evita las comidas con mucha grasa y azúcar.

La fe es algo muy personal que cada uno debe llevar como él decida, pero es importante que tengamos siempre en cuenta nuestra salud. Por eso, desde Soluciones para la Diabetes os recordamos que lo primero que debemos hacer es seguir las recomendaciones de nuestro médico.

Referencias:

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.