El páncreas artificial: el futuro de la diabetes

La idea de crear un páncreas artificial va dirigida a dotar a las personas con diabetes de mayor independencia y libertad en su día a día

Inteligencia artificial en el páncreas

La diabetes es una patología crónica que aparece cuando el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina necesaria (o no es de suficiente calidad, o directamente no la produce), para absorber la glucosa, que es la principal fuente de energía para nuestro organismo.

Hasta la fecha, el único tratamiento para las personas con diabetes que son insulinodependientes, al margen de controlar la dieta y realizar ejercicio físico, es aquel destinado a obtener la insulina de forma externa mediante inyecciones o una bomba de insulina.

Por este motivo, uno de los principales objetivos de la investigación en diabetes se ha basado en la idea de crear un páncreas artificial, capaz de suministrar insulina al organismo de forma autónoma y acorde a las necesidades de cada momento. Algo similar a lo que hace la bomba de insulina, pero sin necesidad de inyectar en momentos puntuales de forma manual.

¿Cómo funciona el páncreas artificial?

El objetivo de crear un páncreas artificial es simular el trabajo que realiza para el organismo un páncreas real. Este órgano es el encargado de crear la insulina, que como decíamos es la hormona encargada de distribuir y ayudar a asimilar la glucosa para que nuestro organismo obtenga energía de ella.

Páncreas artificial simula el trabajo de un páncreas real

Actualmente son varios los prototipos de páncreas artificial que están en desarrollo y en fase de pruebas, aunque su funcionamiento es bastante similar: se necesita un infusor (como una bomba de insulina) para administrar el tratamiento, un sensor subcutáneo que se encarga de realizar las mediciones de azúcar en sangre, y en los casos más prácticos para el usuario, un smartphone que hace las funciones de interfaz y se encarga de recopilar los datos y gestionarlos.

Este sistema presenta varias ventajas respecto a la forma habitual de controlar la diabetes:

  • Como tenemos un sensor que realiza las mediciones de forma constante, no es necesario realizar pinchazos para medir la glucosa.
  • Gracias a este sensor, y a un algoritmo que calcula la dosis necesaria en función de nuestra actividad, se inyecta la cantidad de insulina necesaria de forma autónoma.
  • Al realizar mediciones constantes, se evitarían las hiper y las hipoglucemias ya que tendríamos un control mucho más exhaustivo del nivel de glucosa en sangre.
  • Permitiría una mayor libertad para las persona con diabetes al no tener que hacer mediciones e inyectarse.

El sensor, el infusor y el smartphone estarían conectados en todo momento mediante Bluetooth, por lo que en ningún momento tendríamos cables u otros sistemas de conexión en nuestro cuerpo. Se sigue trabajando en la mejor forma de cargar el dispositivo y administrar la insulina, ya que existen prototipos que funcionan con parches subcutáneos que no requerirían de una bomba de insulina al uso.

Otra de las ventajas de este sistema, en el que se incluye tecnología móvil y conexión a la red, estaría relacionada con la telemedicina. Los datos que el sensor va obteniendo quedarían almacenados en la app o software que gestiona el sistema, y estos podrían ser enviados de forma sencilla y periódica a nuestro médico especialista para que los analizara y estudiara de forma pertinente.

Aunque el objetivo de curar la diabetes todavía esté lejos, los esfuerzos se están centrando en facilitar al máximo la vida de las personas que conviven con ella. El páncreas artificial cumpliría con la función de dotar a sus usuarios de una libertad e independencia que, a día de hoy, todavía no ha conseguido ningún otro sistema.

Referencias:

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.