¿Cuándo, por qué, y cómo hacer un análisis de azúcar en sangre?

Las personas con diabetes están muy acostumbradas a realizarse mediciones de azúcar en sangre. Desde hace muchos años, existen medidores capaces de realizar estos análisis mediante una gota de sangre, una tira reactiva y el medidor que nos muestra los resultados. A día de hoy existen otras alternativas también.

Sin embargo, antes del diagnóstico, es probable que nunca nos hayamos preocupado en hacernos uno, o no sepamos por qué debemos realizarlo, y cómo. Intentaremos responder a estas preguntas de forma sencilla y clara, para que tengas menos dudas al respecto sobre cuándo, cómo y por qué debemos hacernos un análisis de azúcar en sangre.

¿Cuándo?

La diabetes es una condición con una prevalencia muy alta, especialmente si hablamos de la diabetes tipo 2, que es la más habitual. Salvo que un médico nos haya prescrito la realización de un análisis o alguna prueba que pueda mostrar los niveles de azúcar en sangre, hemos de conocer los síntomas de la diabetes para saber si es conveniente hacer una medición:

  • Poliuria (aumento de las ganas de orinar)
  • Más sed de la habitual
  • Cansancio y fatiga
  • Visión borrosa
  • Hormigueo o entumecimiento en manos y pies
  • Pérdida de peso sin explicación

En el caso de que tengamos estos síntomas, debemos acudir al médico para que evalúe nuestra situación. Lo más probable es que nos haga una medición de glucosa en sangre para ver si los niveles son correctos o si, por el contrario, pueden estar indicando prediabetes o diabetes.

Las personas con diabetes deben realizar mediciones de forma habitual para controlar su diabetes y mantenerla dentro de los parámetros recomendables

¿Cómo?

Hacer un análisis de nuestra glucemia (glucosa en sanger) es fácil, y se puede sintomasdelsida.org hacer de varias formas.

  • Mediante un medidor o glucómetro que funciona con una tira reactiva que contiene una pequeña gota de nuestra sangre, que obtendremos con un ligero pinchazo en el dedo. A través de esta gota, se indica el volumen de glucosa es sangre en mg/dl.
  • Mediante un sistema de monitorización continua, que funciona mediante un sensor que llevamos implantado en el brazo o en otra zona de nuestro cuerpo. Este sensor mide la glucosa en el líquido intersticial en lugar de en la sangre, por lo que puede haber alguna ligera diferencia en la medición respecto a los medidores convencionales, aunque son sistemas fiables y más cómodos al evitar los pinchazos. A través de una app en nuestro smartphone, o de algún dispositivo que pueda conectarse inalámbricamente con el sensor, obtenemos el resultado de la medición.
  • Mediante una prueba de A1c o HbA1c. Es una de las pruebas habituales para realizar el diagnóstico de la diabetes, y normalmente se realiza en un laboratorio o en un recinto de salud. Se extrae sangre, y se mide el porcentaje de hemoglobina glicosilada, que es la proporción de glucosa adherida a la hemoglobina (una proteína que hay en los glóbulos rojos) durante los últimos 3 meses.

¿Por qué?

Los niveles elevados (o demasiado bajos) de azúcar en sangre suelen indicarnos que hay algo que no funciona correctamente. Nuestro organismo, cuando ingerimos hidratos de carbono que descomponemos en glucosa, libera una hormona llamada insulina que se crea en el páncreas, y que es la responsable de transportar esta energía a las células del cuerpo. Si por alguna razón la glucosa se mantiene en el torrente sanguíneo, elevando el nivel de glucemia (cantidad de glucosa en sangre), hay algo que no está bien.

Además de los síntomas que hemos descrito anteriormente, la diabetes puede causar complicaciones a medio y largo plazo que conviene que evitemos, siempre y cuando sea posible.

  • Si los niveles de glucosa son inferiores a lo normal, podemos padecer una hipoglucemia. Esto nos llevará a tener más hambre de lo normal, dificultad para concentrarse, dolor de cabeza, palidez… Si no se trata de forma correcta, normalmente ingiriendo algún alimento con hidratos de absorción rápida para que el nivel de glucosa aumente, podemos llegar incluso a perder la consciencia o a sufrir coma.
  • Si, por el contrario, los niveles de glucosa son demasiado altos, especialmente si son altos durante periodos de tiempo prolongados, las complicaciones que pueden aparecer son varias: daño renal (nefropatía), daño en los nervios (neuropatía), daño en los vasos sanguíneos de la retina (retinopatía), entre otras.

Controlar los niveles de glucosa en sangre también nos ayudará a conocer mejor cómo funciona nuestro organismo respecto a aquello que comemos, y a las actividades que realizamos.

Ante cualquier duda o sospecha de que podemos tener los niveles de glucosa alterados, es importante consultar con un profesional médico que nos ayude evaluando nuestro caso, y descartando posibles complicaciones.

Referencias:

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.