En los últimos años ha crecido el conocimiento y la concienciación sobre la importancia de la insuficiencia cardíaca (IC) entre las personas con diabetes, puesto que no se trata de una complicación más; hoy en día ya es reconocida como una de las compañeras de viaje más importantes a tener bajo control.
Algunos datos de la Insuficiencia cardíaca
Se estima que en España, la Insuficiencia Cardíaca tiene una prevalencia del 5% para la población adulta, y por encima del 10% en las personas con diabetes. Es la primera causa de hospitalización de las personas mayores de 65 años, con una tendencia creciente, en parte debido al envejecimiento dela población. Representa el 3% de todos los ingresos hospitalarios y a ella se destina cerca del 2,5% del coste de la asistencia sanitaria global.
¿Qué es la Insuficiencia cardíaca y por qué debo conocerla?
Hablamos de IC cuando el corazón no es capaz de bombear adecuadamente la sangre y aparecen en consecuencia una serie de síntomas problemáticos como:
- Ahogo (disnea)
- Cansancio por falta de un riego adecuado
- Hinchazón de las piernas (edemas)
Cuando aparecen estos síntomas, hay que acudir al médico. La tasa de supervivencia y la calidad de vida dependen de un diagnóstico a tiempo porque la prevención es fundamental.
Para que esto no ocurra, es fundamental saber también que el riñón tampoco debe deteriorarse. Para saber más puedes consultar nuestra guía Trastornos del riñón en la diabetes.
Es en este punto donde aparece la diabetes, que, por los niveles elevados de glucosa en sangre que ocasiona, afecta a menudo y a lo largo de su evolución tanto al riñón (un 30% de los pacientes) como al corazón (un 25 % de los pacientes). Se establece un estrecho vínculo que se retroalimenta peligrosamente.
Factores de riesgo asociados a la Insuficiencia Cardíaca
Sobrepeso y obesidad
El sobrepeso y la obesidad son un problema de primer orden en el paciente con diabetes e IC. Dificultan el control de la glucemia por insulinorresistencia, condiciona una correcta ventilación pulmonar y condiciona aún más el esfuerzo cardíaco. Las pérdidas de peso de entre el 5-10% tienen un impacto muy positivo.
Hipertensión arterial
La hipertensión arterial, presente hasta en un 80% de las diabetes, se considera uno de los desencadenantes clave de la IC. A menudo es un trastorno invisible (silente) y fluctuante que pasa desapercibido en muchas personas.
Un buen control de la tensión arterial es aquel que no sobrepasa una tensión sistólica (máxima) de 140 mmHg y una tensión diastólica (mínima) de 90 mmHg, siendo recomendables valores por debajo de 130 y 80 mmHg, respectivamente.
Malnutrición
La malnutrición también puede conllevar pérdidas de masa muscular y energía perjudiciales. Para evitarla, recomendamos seguir una dieta equilibrada, en la que estén presentes todos los nutrientes esenciales en las cantidades requeridas.
Cardiopatía isquémica
La cardiopatía isquémica (el infarto de miocardio y la angina de pecho) anteceden en muchas ocasiones la aparición de una IC. Su buen control es, por lo tanto, prioritario en aquellas personas que la hayan sufrido.
¿Cómo cuidarse y prevenir la IC?
La alimentación y el ejercicio juegan un papel determinante. Se trata de realizar pequeños cambios, pero de manera sostenida en el tiempo. Para conocer más detalles puedes consultar y descargar nuestra guía INSUFICIENCIA CARDÍACA Y DIABETES.
Monitorización
Hoy en día disponemos de herramientas electrónicas de soporte que en muchas situaciones pueden motivar algunos cambios de hábitos: pulsómetros, contadores de pasos, tensiómetros, monitores continuos de glucosa o relojes inteligentes que miden el ritmo cardíaco. En casos de riesgo, estos recursos pueden ayudar a tener un mejor control.
