
Cuando hablamos de infusiones y diabetes, conviene aclarar algo desde el principio: no existen infusiones “especiales para diabéticos”. Las personas con diabetes pueden disfrutar de un té negro, un rooibos o una manzanilla igual que cualquier otra persona, siempre que no añadan azúcar al prepararlo. Así de simple.
El resto es cuestión de gustos, de rituales y de esos pequeños momentos de bienestar que nos regala una taza caliente entre las manos. Porque vivir con diabetes no significa beber solo agua; también hay espacio para el placer de descubrir nuevas mezclas, aromas y matices.
La importancia de la hidratación
El agua es la base de una buena hidratación. Sin embargo, no siempre apetece beberla sola, especialmente en invierno o cuando buscamos una bebida con más sabor. Aquí es donde las infusiones ganan protagonismo: son una forma de hidratarse sin calorías añadidas, siempre que no se endulcen con azúcar, miel o siropes.
En personas con diabetes, una correcta hidratación es clave para mantener el equilibrio metabólico. La deshidratación puede elevar los niveles de glucosa y aumentar el riesgo de complicaciones. Por eso, una taza de té o infusión se convierte en una alternativa agradable que suma líquidos a lo largo del día.
La anécdota que encendió la chispa
Hace unos días, mientras la dependienta de mi tienda de tés favorita me enseñaba nuevas mezclas de ingredientes, me ofreció probar su última novedad: Goji Secrets. La presentación era llamativa, con manzana, rosa mosqueta, hibisco, bayas de goji y semillas de granada. Pero lo que realmente me llamó la atención fue su comentario espontáneo: “esto es muy bueno para las personas con diabetes”.
Esa frase me dejó pensando: ¿acaso hay infusiones “mejores” para quienes convivimos la diabetes? ¿O más bien se trata de un reclamo comercial?
La realidad es que no existen infusiones específicas para la diabetes. Algunas plantas, como el hibisco o la rosa mosqueta, cuentan con estudios que avalan ciertos beneficios (control de la tensión arterial, aporte de vitamina C, antioxidantes). Pero ninguna infusión sustituye al tratamiento ni tiene un efecto directo y milagroso sobre la glucosa en sangre.
«Goji Secrets» bajo la lupa
El nombre “Goji Secrets” no corresponde a una mezcla de té reconocida internacionalmente ni a una receta estándar en el mundo de las infusiones. En realidad, es un nombre comercial que Tea Shop —la cadena especializada en tés e infusiones que opera en España y otros países— ha puesto a una de sus mezclas exclusivas. Yo, que me considero bastante “disfrutona” de las infusiones pero no experta en este mundillo, al principio pensaba que era el nombre oficial de un tipo de té. Por eso quise informarme, para no ir por ahí recomendando algo como si fuera una categoría reconocida. Lo cierto es que el sabor me encantó desde el primer sorbo, y no solo a mí: mis amigas también se engancharon y acabamos saliendo de la tienda cargadas de bolsas con todo tipo de tés e infusiones.
Cada tienda o marca de té suele crear sus propios blends con nombres atractivos (Goji Secrets, Relax Time, Sweet Rooibos, etc.), aunque los ingredientes puedan coincidir en parte con mezclas de otras marcas. Por ejemplo, otras casas de té pueden tener infusiones frutales con hibisco, manzana y bayas de goji, pero las llamarán de otra forma.
Por otro lado, el Goji Secrets no pertenece a ningún grupo de tés tradicionales (negro, verde, blanco, oolong, rojo/pu-erh, etc.), porque no contiene hojas de té (Camellia sinensis). Es lo que se clasifica como una infusión frutal o tisana: una mezcla de frutas deshidratadas, flores y semillas que se prepara como si fuera té, pero sin teína (cafeína).
Veamos algunos de los ingredientes de esta mezcla:
- Rosa mosqueta: rica en vitamina C y antioxidantes, ayuda a reforzar las defensas y a combatir el daño oxidativo.
- Bayas de goji: famosas como “superfood”, aportan antioxidantes y fibra, pero no son un remedio específico contra la diabetes.
- Semillas de granada: La granada destaca por sus compuestos bioactivos, que se han relacionado con beneficios cardiovasculares y metabólicos, aunque sin efectos milagrosos sobre la glucosa.
- Manzana (poma): aporta dulzor natural y cuerpo a la infusión. Contiene azúcares naturales, pero en una cantidad pequeña cuando se infusiona.
- Hibisco: se ha estudiado por su capacidad para ayudar a mantener la tensión arterial en valores saludables. Un metaanálisis publicado en Journal of Hypertension (2015) concluyó que su consumo puede contribuir a reducir la presión arterial sistólica en personas con hipertensión leve. A propósito, el hibisco es también la flor nacional de Senegal, donde se prepara una bebida muy popular llamada bissap. Tuve ocasión de descubrirla en uno de mis viajes con la asociación Camina Senegal, y desde entonces cada vez que preparo una infusión de hibisco me transporta a aquel recuerdo: el color rojo intenso en los vasos, el sabor refrescante y ácido, y la costumbre de compartirlo en comunidad.
Lo que sí es relevante es que esta mezcla no contiene azúcares añadidos. La fruta deshidratada que incluye (como la manzana o las bayas de goji) puede liberar azúcares naturales durante la infusión, aunque en cantidades muy pequeñas y sin un impacto relevante si se consume con moderación.
La respuesta está en el matiz. Ingredientes como el hibisco o la rosa mosqueta tienen propiedades interesantes: En resumen, más que un “té para la diabetes”, Goji Secrets es simplemente una opción agradable, con un perfil frutal y antioxidante, que puede disfrutarse sin problemas.
Por tanto, más que un “té especial para diabéticos”, Goji Secrets es simplemente una bebida agradable, frutal y antioxidante, que puede disfrutarse sin problemas siempre que no se le añada azúcar.
Infusiones como parte del bienestar cotidiano
Las infusiones no tienen por qué entenderse como un producto funcional o medicinal. Son, sobre todo, una fuente de placer y de pequeños rituales. Quien convive con la diabetes también busca relajarse, hidratarse o acompañar una buena conversación con una bebida reconfortante.
En este sentido, cada infusión puede encajar en distintos momentos del día:
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Para relajarse antes de dormir: la tila, la manzanilla o la melisa son clásicos de las noches tranquilas. La manzanilla, además, ayuda a la digestión y se lleva bien con un estómago sensible.
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Para después de las comidas: el té verde es una elección muy popular. Contiene catequinas, antioxidantes que se han asociado a un mejor metabolismo de las grasas y la glucosa. Estudios publicados Nutrition & Metabolism (2020) sugieren que el consumo regular de té verde podría estar relacionado con un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. La menta poleo, por su parte, aporta frescor y ayuda a evitar la pesadez.
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Para hidratarse sin cafeína: el rooibos, originario de Sudáfrica, no contiene teína y ofrece un sabor suave y naturalmente dulce. Es ideal para quienes quieren disfrutar de una bebida caliente a cualquier hora, sin que afecte al sueño.
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Cuando se busca energía: el té negro o el matcha aportan cafeína, pero de forma más progresiva y sostenida que el café. Para quienes necesitan concentración o un pequeño empuje por la mañana, son buenas alternativas.
Lo importante es entender que ninguna de estas infusiones está “prohibida” para la diabetes. Lo único que conviene evitar es añadir azúcar, miel o siropes al prepararlas. Quien quiera un toque dulce puede recurrir a edulcorantes sin calorías o, simplemente, disfrutar del sabor original de la mezcla.
¿Marketing o salud? El papel de los “superfoods”
En el mercado actual es frecuente encontrar infusiones con etiquetas llamativas: “detox”, “superfood”, “energizante”, “antiestrés”. En realidad, estos nombres responden más al marketing que a una indicación médica.
Las bayas de goji son un buen ejemplo. Son ricas en antioxidantes, fibra y algunos minerales. ¿Son saludables? Sí, lo son. ¿Son imprescindibles para alguien con diabetes? No. Como ocurre con cualquier alimento, la clave está en la moderación y en verlas como parte de una dieta equilibrada, no como un producto milagro.
La realidad es que las infusiones con ingredientes naturales y sin azúcares añadidos aportan disfrute, variedad y, en algunos casos, beneficios concretos para la digestión, el descanso o la energía. Pero no deben confundirse con un tratamiento médico.
El valor emocional de la taza
Más allá de lo nutricional, una infusión tiene un valor emocional: representa un momento de pausa, el calor de la taza entre las manos, el aroma que envuelve la estancia. Para quienes convivimos con la diabetes, esos gestos cotidianos también forman parte del bienestar.
Porque cuidarse no es solo medir la glucosa o planificar las comidas. También es regalarse momentos de placer que, como una taza de té, ayudan a equilibrar cuerpo y mente.
En pocas palabras: las infusiones no son un tratamiento para la diabetes, pero sí un aliado para el bienestar diario. Y esa es razón suficiente para disfrutarlas sin miedo.