¿Caduca la insulina?

La insulina, como tantos otros medicamentos, tiene una fecha la que se puede asegurar su eficacia y no poner en riesgo nuestra salud.

Historia de la insulina

Las personas con diabetes, sobre todo aquellas con diabetes tipo 1, necesitan obtener insulina de forma externa. Esto se debe a que el páncreas, donde se produce esta hormona, no es capaz de producirla o no produce suficiente o de suficiente calidad, causando que la glucosa que hay en la sangre se acumule, y no llegue a las células.

Ya sea mediante inyecciones, bombas de insulina, o plumas, las personas insulinodependientes han de conocer varios aspectos referentes a este tratamiento. Uno de ellos es la forma correcta en que debemos conservarla para evitar que se degrade o se estropee.

Otra es qué hacer con los residuos que generamos, ya que el mismo producto puede venir en viales, dentro de las propias plumas, o en otros formatos, y es importante conocer cómo debemos proceder con los desechos médicos.

Y por último, pero no por ello menos importante, es saber si el medicamento puede caducar, y qué ocurriría en el caso de que tuviera fecha de caducidad y lo utilizáramos, pero esto lo veremos a continuación.

¿Tiene fecha de caducidad de la insulina?

Sí. Como muchos otros medicamentos, la insulina tiene fecha de caducidad. Y es dentro de este periodo, cuando el fabricante puede asegurar que proporcionará el efecto para el cual ha sido desarrollado.

La fecha de caducidad de la insulina la encontraremos en diferentes sitios, en función del formato. En los viales de insulina, siempre la podremos encontrar en la misma etiqueta del vial, pero en formatos como las plumas desechables o reutilizables, es más probable encontrarla en el envase.

Independientemente del fabricante que haya producido la insulina, no debemos utilizarla una vez haya pasado la fecha de caducidad. Esto es debido a que no se puede asegurar un correcto funcionamiento pasada esta fecha, ya que podría haber perdido propiedades y eficacia.

Si utilizamos insulina caducada, y no produce el efecto deseado para mantener nuestros niveles de glucosa dentro de los parámetros normales, podemos desarrollar complicaciones derivadas de un mal control de la diabetes al tener niveles altos por un tiempo prolongado.

Además de asegurarnos de que la insulina no está caducada, también hemos de conservarla de forma adecuada, como señalamos en este otro artículo. Si observamos algún daño en el medicamento, como decoloración o aspecto turbio del líquido, que se forman algunas aglomeraciones en la insulina, o partículas cristalizadas, tampoco deberíamos utilizarla y deberíamos devolverla a la farmacia o al centro de salud.

La insulina es una pieza fundamental en el tratamiento de la diabetes, por lo que es vital asegurarnos de que está en perfecto estado de conservación, y dentro de las fechas adecuadas para su uso. Si tienes dudas sobre el tratamiento, o estás pensando en cambiar el sistema en el que utilizas la insulina, consulta con tu médico antes de llevar a cabo ninguna modificación por tu cuenta.

Referencias:

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.