¿Y si la diabetes tipo 2 se pudiera detectar años antes? La ciencia empieza a decir que sí

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En el mundo de la investigación médica se publican constantemente estudios que rara vez llegan al gran público. Son artículos muy técnicos, pensados para profesionales de la salud, escritos en un lenguaje difícil de digerir para quienes no somos médicos.

En Soluciones para la Diabetes creemos que esas novedades merecen contarse también a familias, pacientes y personas interesadas en comprender mejor qué se está “cociendo” en la ciencia que nos afecta. Porque, aunque un artículo en inglés y lleno de términos científicos parezca lejano, lo que allí se publica puede marcar la diferencia en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la diabetes en los próximos años.

Un buen ejemplo es una investigación española publicada en la revista científica BMC Medicine (2025), donde se plantea que podrían existir señales en la sangre capaces de anticipar el diagnóstico de la diabetes tipo 2 hasta siete años antes de que los análisis habituales lo confirmen. Para los médicos, se trata de biomarcadores; para el resto de nosotros, podemos entenderlo como “huellas” que nuestro cuerpo deja mucho antes de que aparezca la enfermedad de forma visible.

Historias reales: cuando la diabetes se descubre demasiado tarde

Esto conecta directamente con lo que ya hablamos en un post anterior, cuando contamos la experiencia de una amiga diagnosticada a los 56 años, que se preguntaba con toda lógica: “¿Cómo es posible que hasta ahora nadie me hubiera detectado que tenía diabetes?”.

Ese desconcierto no es un caso aislado: muchas personas viven con alteraciones metabólicas durante años sin saberlo, hasta que una analítica rutinaria o un síntoma claro destapa la enfermedad.

Lo que demuestra este nuevo estudio es que, efectivamente, había señales antes, pero la medicina no contaba con las herramientas necesarias para identificarlas. Y ahí radica la importancia de los avances científicos: lo que hoy resulta invisible, mañana podría detectarse y cambiar la historia de quienes aún no han sido diagnosticados.

El estudio: ¿qué se investigó?

El trabajo publicado en inglés, en la revista BMC Medicine traducido dice «Ácidos grasos de cadena corta circulantes y patrones alimentarios mediterráneos. Un posible papel en la predicción del riesgo de diabetes tipo 2: El estudio Di@bet.es», (original leerlo aquí  )

  • Se siguió a más de 2.400 personas adultas en España durante siete años.

  • Al inicio, ninguna tenía diabetes.

  • Con el paso del tiempo, un grupo de participantes desarrolló la enfermedad.

  • Analizando las muestras de sangre tomadas al principio, se encontraron sustancias que ya podían anticipar quién tenía más riesgo.

Esas sustancias eran dos metabolitos llamados butirato e isobutirato, productos de la actividad de la microbiota intestinal —las bacterias que viven en nuestro intestino y transforman la fibra de los alimentos en compuestos beneficiosos.

¿Qué significa este hallazgo?

Lo más llamativo es que estos biomarcadores estaban presentes años antes de que los análisis convencionales mostraran valores alterados de glucosa. Dicho de otro modo: la enfermedad llevaba tiempo gestándose en silencio, pero no era detectable con las herramientas habituales.

Esto da sentido a lo que vivió nuestra amiga, y contaba en el artículo anterior,  y a lo que viven miles de personas: el cuerpo ya estaba dando señales, pero solo se hizo evidente cuando el azúcar en sangre superó los límites que definen la diabetes.

¿Ya existe una prueba para detectarlo?

Todavía no. Este descubrimiento es prometedor, pero hay que matizar:

  • Hoy por hoy no se puede pedir en un centro de salud un análisis de butirato e isobutirato como rutina.

  • Son resultados de investigación que necesitan confirmarse en más estudios y en poblaciones diversas.

  • Estos biomarcadores no sustituyen a los factores de riesgo clásicos (peso, antecedentes familiares, hipertensión, sedentarismo).

Lo que sí confirma el estudio es que la diabetes no aparece de repente y que, en un futuro, será posible adelantarse al diagnóstico y actuar antes.

Una madre y su hija con diabestes en la consulta del médico haciendo su revisión médica

La relación con la dieta

El vínculo entre microbiota, dieta y riesgo de diabetes es clave:

  • Una dieta rica en fibra (verduras, frutas, legumbres, cereales integrales) favorece que la microbiota produzca butirato e isobutirato.

  • Seguir un patrón mediterráneo está relacionado con una mejor salud metabólica.

  • Sin embargo, los investigadores observaron que incluso en personas con prediabetes, estos metabolitos podían estar elevados, lo que muestra que la relación es compleja y no siempre protectora.

En resumen: comer sano ayuda, pero no basta por sí solo. Es parte de un estilo de vida global donde también cuentan la actividad física, el descanso y los chequeos médicos.

En pocas palabras

  • La diabetes tipo 2 puede estar desarrollándose en el organismo hasta siete años antes del diagnóstico.

  • Existen señales en la sangre —los biomarcadores butirato e isobutirato— que pueden anticipar ese riesgo.

  • Aún no se usan en la práctica clínica, pero abren un futuro en el que se podrá detectar antes y prevenir mejor.

  • Mientras tanto, mantener hábitos saludables y revisiones médicas sigue siendo la mejor estrategia de prevención.

Para quienes reciben el diagnóstico más tarde

Enterarse de que la diabetes pudo haberse detectado antes puede generar frustración. Pero conviene recordar:

  • No había herramientas disponibles; no fue una negligencia, sino una limitación de la ciencia de ese momento.

  • Nunca es tarde para actuar: con el tratamiento adecuado y cambios de hábitos, se puede controlar la enfermedad y ganar calidad de vida.

  • Estos avances son una buena noticia para el futuro: lo que hoy parece llegar tarde, mañana podrá evitarse para muchas personas.

Fuente científica

Artículo original: Circulating short-chain fatty acids and Mediterranean food patterns. A potential role for the prediction of type 2 diabetes risk: The Di@bet.es Study. Gemma Llauradó et al. BMC Medicine, 2025. Disponible en: BMC Medicine

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.