
Esta receta tradicional es sana y apta para todos los públicos. Como nunca nos cansamos de decir, para llevar una vida saludable hay que comer de forma variada y equilibrada. Variar los tipos de carne de nuestras comidas y cenas es un hábito muy saludable. En el caso de la receta de hoy, vamos a utilizar una carne de ave, de las llamadas blancas: carne de pollo guisada con patatas y zanahoria.
- 1 pollo cortado a trozos
- ½ kg de patatas de guarnición
- 100 g de jamón serrano
- 1 pimiento verde
- 2 zanahorias
- 2 tomates
- 4 dientes de ajo
- 150 ml de vino blanco
- 1 pastilla de caldo de pollo
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta negra
- Romero
- Lava las patatas y resérvalas en un bol. Añade el romero y un chorro de aceite. Sazona con sal y pimienta.
- Coloca las patatas en la placa del horno y ásalas durante 30 minutos a 180ºC.
- Corta el jamón en tacos pequeños y dóralo en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva. Retíralo y reserva.
- Coloca el pollo troceado en un bol. Añade pimienta al gusto, dos dientes de ajo previamente majados y mézclalo todo bien. Añade todo a la cazuela donde has dorado el jamón.
- Pela las zanahorias, córtalas en rodajas e incorpóralas. Añade también el pimiento picado en dados. Rehoga ligeramente. Añade el jamón. Corta los tomates por la mitad, rállalos y añade a la cazuela. Rehógalo todo.
- Vierte el vino y un poco de agua. Añade los otros dos dientes de ajo majados. Desmenuza la pastilla de caldo y agrégala. Tapa la cazuela y deja cocinar durante aproximadamente 30 minutos.
- Sirve el pollo en su salsa y acompáñalo de las patatas.