La diabetes en personas mayores, obstáculos y consejos.

Solemos relacionar la diabetes con los niños y rara vez con los adultos mayores, pero la realidad es que aunque algunos tipos se den en los más en jóvenes también pueden darse casos en los más mayores.

La diabetes tipo 1 tiene una alta prevalencia en niños y jóvenes, de ahí que se la conozca comúnmente como diabetes infantil. Sin embargo, el tipo 2 tiene una prevalencia que aumenta a medida que nos hacemos mayores según el estudio di@bet.es.

Esto es debido a que algunos factores de riesgo están asociados a la obesidad, a una mala alimentación y al sedentarismo, y aunque cada vez hay más jóvenes que puedan verse afectados por estos factores, estos suelen darse más en la edad adulta.

Es habitual que cuando hablamos de diabetes nos centremos en los más pequeños por el impacto que su debut puede tener en ellos y en la familia. A medida que nos hacemos mayores aprendemos a convivir con ella y a gestionarla mejor, y eso hace que no prestemos atención a otros colectivos a los que la diabetes puede afectarles más.

Hoy nos gustaría hablar de los adultos mayores con diabetes, un grupo con una alta prevalencia del tipo 2 y que por diversos motivos puede suponer un reto a la hora de diagnosticar y tratar su diabetes.

Personas mayores con diabetes

La comorbilidad en los adultos mayores es más alta, y eso puede hacer que algunos síntomas de la diabetes puedan confundirse con los de otra condición o con algún aspecto del mismo envejecimiento.

Los síntomas de la diabetes son más fáciles de apreciar cuando no tenemos otras condiciones que puedan afectarnos. Sin embargo, a medida que envejecemos podemos apreciar cambios en la función renal, en la percepción de la sed, tener una alimentación variable en función de otras condiciones, etc.

Todos los factores del envejecimiento han de tenerse en cuenta a la hora de desarrollar un plan de detección y cuidado para las personas mayores con diabetes.

Cuando el debut se ha dado en la juventud o en la edad adulta, el manejo de la diabetes no supone un problema al llevar años acostumbrados a ello. Cuando una persona mayor debuta ha de aprender una serie de rutinas y adaptarse a una situación nueva que, por hábitos adquiridos durante mucho años, puede suponer todo un reto.

Es por este motivo que todos los factores del envejecimiento, incluyendo los sociales, familiares y económicos, deben tenerse en cuenta a la hora idear una estrategia de cara a controlarla de la mejor forma posible.

Riesgos de la diabetes en personas mayores

Algunos de los riesgos que podemos encontrar cuando hablamos de personas mayores con diabetes están directamente asociados a la edad, pero muchos otros a una mayor comorbilidad.

Algunos aspectos clave a la hora de tratar con personas mayores con diabetes son:

  • Tener en cuenta el deterioro cognitivo y la depresión para detectarlas cuanto antes.
  • Promover la educación de manera que sea sencilla y fácil de entender para facilitar el autocontrol.
  • Garantizar el acceso a servicios de cuidado y apoyo para manejar su diabetes (atención primaria, educadores, etc.).
  • Revisar los principales complicaciones derivadas de la diabetes  como el pie diabético o los problemas de visión.
  • Conocer el estado social, económico, familiar y físico de la persona con diabetes para evitar un mal control derivado de alguno de estos aspectos.

Aunque muchas de estas tareas corresponden a los profesionales médicos, la diabetes es algo que no incumbe a todos. De la misma forma que el entorno escolar es clave para el manejo de la diabetes de los más pequeños, el entorno sigue siendo importante para los adultos mayores.

Tanto la familia, como el personal cuidador si es el caso, deben conocerla para poder servir de ayuda y apoyo en caso de que fuera necesario. De ahí la importancia de asegurar el bienestar de aquellas personas con una pobre situación socioeconómica ya que su riesgo es mayor.

Los adultos mayores pueden tener más complicaciones para manejar su diabetes, pero con la ayuda de un profesional médico y con un entorno concienciado y que la conozca bien es posible mantenerla bajo control.

Referencias:

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.