Aditivos alimentarios, ¿qué son las E que vemos en las etiquetas de los productos?

Los aditivos alimentarios pueden ser naturales o artificiales, y es importante conocer cuáles son y como pueden afectar a los alimentos y a nuestro organismo

Productos alimentarios con aditivos

La alimentación ha cambiado mucho a lo largo de los años, debido a múltiples factores. Desde la creación de alimentos que son más productos (no demasiado recomendables) que otra cosa, hasta la mejora mediante aditivos de algunas de las características de ingredientes o alimentos.

Si alguna vez has leído la etiqueta de algún producto alimentario, cosa que te recomendamos que hagas para que sepas qué ingredientes lleva lo que vas a comer, verás que en muchos casos encuentras una E seguida de un guion y algún número. Este código hace referencia a un aditivo alimentario autorizado por la Unión Europea. Por supuesto, para que la UE lo autorice, su seguridad ha debido ser demostrada.

Según la Organización Mundial de la Salud, los aditivos alimentarios son sustancias que se añaden a los alimentos para mantener o mejorar su inocuidad, su frescura, su sabor, su textura o su aspecto

Aunque existen aditivos alimentarios naturales, y que llevan utilizándose siglos, como la sal o el azúcar, también hay otros de origen artificial y que se han creado específicamente para este fin. ¿Significa esto que son malos? No obligatoriamente, pero es importante saber qué aditivos llevan los alimentos o productos que consumimos.

Qué son los aditivos alimentarios

Los aditivos alimentarios son sustancias que se añaden a los alimentos en alguna fase de su preparación, con el objetivo de proporcionar ciertas ventajas y/o beneficios en el alimento, y que esto repercuta de forma positiva en el consumidor.

Existen muchos tipos de aditivos que cumplen funciones muy diferentes, aunque es difícil imaginar cómo sería nuestra alimentación a día de hoy si no existieran. De entre estas funciones, las más destacadas son:

  • Añadir y/o conservar nutrientes de algún alimento o producto
  • Ayudar a mejorar la preparación y el procesamiento de algún alimento o producto
  • Ayudar a conservar mejor el alimento o producto
  • Potenciar alguna característica del alimento o producto para hacerlo más atractivo para el consumidor (sabor, aroma, textura, etc.)

Tipos de aditivos alimentarios

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), actualmente existen 26 tipos de aditivos alimentarios. Estos aditivos, como hemos comentado anteriormente, pueden clasificarse según la función que cumplan respecto a los alimentos en los que se incluyen.

Los aditivos alimentarios más habituales, según su función, son los siguientes:

Antioxidantes

Evitan la oxidación de alimentos e ingredientes, así como el mal sabor o la decoloración cuando pasa cierto tiempo. Algunos ejemplos son:

  • Tocoferoles (E306-E309)
  • BHA y BHT (E320 y E321)
  • Ácido ascórbico (E300)

Conservantes

Ayudan a retrasar o prevenir la aparición de microorganismos que surgen con el tiempo en los alimentos, como bacterias o moho, haciendo que su ingesta no sea tóxica. Por ejemplo:

  • Dióxido de azufre y sulfitos (E220-E228)
  • Propionato cálcico (E282)
  • Sales potásicas y sódicas (E249-252)

Modificador del sabor y la textura

  • Emulsionantes y estabilizantes
  • Edulcorantes (Sacarina, aspartamo, taumatina…)
  • Espesantes
  • Potenciadores del sabor, como el glutamato (E621)

Colorantes

Se utilizan única y exclusivamente para darle color a los productos alimentarios, una cualidad que afecta únicamente a la percepción del consumidor que puede tener al ver lo que ha de comer.

¿Son malos los aditivos alimentarios?

No. O al menos, no siempre y cuando su uso esté aprobado. Como hemos comentado al inicio del artículo, hay aditivos alimentarios que son naturales, y que llevan utilizándose toda la vida. Muchos son de origen vegetal o animal, y otros se han diseñado específicamente para cumplir una función determinada. Eso no hace que se pueda abusar de su consumo, pero sí que es fácil conocer su origen.

Para empezar, un aditivo que no supere los estándares establecidos por la EFSA (European Food Safety Authority), no podrá ser utilizado en ningún producto alimenticio.

Este organismo detalla las condiciones para el uso de un aditivo alimentario:

  • Solo se puede utilizar un aditivo para aquellas categorías de alimentos permitidas para ese aditivo.
  • Han de darse unas condiciones específicas para poder usarlo, así como no sobrepasar el máximo indicado.
  • Seguir las indicaciones, si las hay, para el máximo permitido.

Esta información está disponible para todo el mundo en la base de datos de aditivos creada por la EFSA. Además, ha de tener un uso justificado, por lo que no se pueden añadir aditivos a un producto de manera indiscriminada.

Casi todo lo que comemos, especialmente aquellos alimentos más procesados, contienen algún tipo de aditivo alimenticio. Es importante saber leer las etiquetas de los productos que compramos, y saber aquello que vamos a introducir en nuestro organismo, más allá de los macronutrientes básicos y las vitaminas, minerales, etc.

En Soluciones por la Diabetes apostamos por la educación para mejorar la calidad de vida de las personas, independientemente de su condición, y eso pasa por la actividad física y por una alimentación saludable.

Referencias:

  • Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición AESAN. Aditivos. Consultado el 05 de septiembre de 2022.
  • Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC). Aditivos alimentarios. Consultado el 05 de septiembre de 2022.
  • Organización Mundial de la Salud. Aditivos alimentarios. Consultado el 05 de septiembre de 2022.
  • European Food Safety Authority EFSA. Food additives. Consultado el 05 de septiembre de 2022.

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.