Plumas de insulina: qué son y cómo funcionan

Las plumas o bolígrafos de insulina son un sistema de inyección que ofrece ciertas ventajas respecto a las jeringuillas

Ventajas de las plumas de insulina

Algunas personas con diabetes son insulinodependientes (sobre todo aquellas con diabetes tipo 1), lo que significa que necesitan inyectarse insulina debido a que su organismo no produce esta hormona, que es la responsable de transformar la glucosa que ingerimos con los alimentos en energía.

Existen diferentes métodos para administrar la insulina: o bien mediante una bomba de insulina, que va liberando la síntesis de esta hormona de forma progresiva en función de las necesidades de nuestro organismo, o bien a través de inyecciones. Las inyecciones podemos realizarlas con jeringuillas o con plumas de insulina.

En el artículo de hoy hablaremos sobre las plumas de insulina: qué son, cómo podemos utilizarlas, y qué diferencias existen respecto a otros sistemas de administración de insulina.

¿Qué es una pluma de insulina?

Las plumas o bolígrafos de insulina, llamados así por su similitud tanto de tamaño como de forma con estas herramientas de escritura, son el método más extendido para inyectarse la insulina en los países desarrollados debido a su comodidad y precisión.

Ventajas de las plumas de insulina

Existen plumas de insulina desechables, en las que el vial tiene una cantidad determinada de un tipo de insulina en concreto (desde efecto rápido a lento, pasando por todos los intermedios) y una vez utilizada, la tiramos. Y también existen las plumas recargables, en las que podemos ir añadiendo cartuchos con insulina a medida que los vayamos gastando. La cantidad de insulina puede regularse mediante un dial para ajustar la dosis en función de la necesidad que tengamos en ese momento. Hay que tener en cuenta que, por seguridad, las agujas deben cambiarse cada vez que realicemos una inyección.

Como vemos, el sistema no dista mucho de una inyección corriente mediante jeringuilla, aunque el uso de la pluma puede presentar alguna ventaja (y también alguna desventaja) respecto a este otro sistema:

Ventajas

  • Gracias a su sistema de dosificación, podemos inyectar insulina con mucha más precisión que con una jeringuilla.
  • Es mucho más sencilla y rápida de utilizar al estar la dosis ya preparada. Con una jeringuilla debe obtenerse primeramente del frasco y luego realizar la inyección.
  • Su diseño facilita el transporte y el uso, evitando cargar con más elementos.
  • Es más discreta a la hora de utilizarse que la jeringuilla.

Desventajas

  • No pueden mezclarse insulinas como sí puede hacerse con las jeringuillas.
  • Necesitan purgarse y probarse antes de cada pinchazo, con lo que desperdiciamos insulina antes de inyectarnos.

Como vemos, y aunque es un sistema que funciona muy bien y presenta muchísimas ventajas (sobre todo en el aspecto práctico y de usabilidad), también tiene sus puntos negativos. Lo ideal, siempre y cuando hayamos consultado con nuestro médico especialista y tengamos claro el sistema de inyección y las pautas a seguir, es probar ambos métodos y escoger el que mejor se adapte a nuestras necesidades y forma de vida.

¿Cómo funciona una pluma de insulina?

Al ser un método de inyección, las plumas de insulina (tanto las desechables como las recargables) constan de una aguja mediante la cual realizaremos la inyección. Dichas agujas, en el caso de las plumas recargables, deben ser cambiadas tras cada uso.

Las plumas van cargadas con unos cartuchos con el tipo de insulina que queramos. Antes de realizar la inyección, y tras lavar nuestras manos, tendremos que ajustar el dial hasta 2 unidades de insulina. Mantendremos la pluma apuntando con la aguja hacia arriba, y presionaremos hasta ver como sale una gota que será la prueba de que funciona correctamente.

Limpiaremos la piel donde vayamos a hacer el pinchazo y regularemos el dial hasta llegar a la dosis de insulina que queramos inyectar, apretaremos la piel en el lugar donde vayamos a inyectarnos y empujaremos la aguja con un movimiento directo y rápido. Cuando estemos seguros de que la aguja está completamente dentro de la piel, apretaremos la pluma con el dedo gordo para obtener la dosis.

Y ya está, es así de rápido y sencillo. Cuando hayamos terminado, nos desharemos de la aguja (a ser posible las llevaremos a un hospital o centro de salud que disponga de un punto de recogida para desechos médicos) y podremos guardar la pluma hasta si siguiente uso si es recargable.

Si tenéis cualquier duda sobre las plumas de insulina, lo mejor es hablar con un educador en diabetes o con un médico especialista. Ellos os aconsejarán sobre qué sistema es el que más se ajusta a vuestras necesidades, las zonas donde es mejor inyectarse y también la frecuencia de rotación en las zonas de inyección.

Referencias:

Compartir artículo

La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.