Beneficios de los deportes acuáticos

Los deportes acuáticos tienen multitud de ventajas, entre ellas, la posibilidad de realizar actividad física de tipo aeróbico sin que nuestras articulaciones sufran desgaste.

Los deportes acuáticos son actividades aeróbicas muy recomendables

Cualquier deporte realizado en el agua se considera una actividad aeróbica, además suelen ser muy recomendadas y divertidas para personas con diabetes, ya que un entrenamiento adaptado a sus condiciones puede ayudar a mejorar la salud.

El ejercicio aeróbico se relaciona directamente con una mejora cardiovascular y respiratoria, con los niveles de glucosa y el control del peso. Los deportes acuáticos que comprenden una parte de ejercicio aeróbico tienen un bajo nivel de impacto en el cuerpo y suelen ser entrenamiento completo.

Ventajas de realizar deporte en el agua

Practicar cualquier deporte en el agua ayuda a la relajación del cuerpo y a la mejora del estado de ánimo. Además físicamente ayuda a ganar potencia muscular.

En la revista Diabetes de la Sociedad Española de Diabetes recomiendan los deportes acuáticos ya que presentan las siguientes ventajas:

  • No existen posibles caídas ni impacto en las articulaciones, por lo que realizar deporte en el agua es beneficioso para problemas esqueléticos y retinopatías.
  • Aumenta la vitalidad de las personas y ayuda a un mejor bienestar psicológico.
  • Al realizar movimientos bajo el agua se produce una presión sobre el cuerpo y produce una mejor circulación.
  • Los movimientos se adaptan a las posibilidades y necesidades de las personas gracias a la ingravidez parcial del agua.

Gran abanico de deportes acuáticos

La natación es un gran aliado de la diabetes

En el momento de empezar una actividad acuática, o de cualquier otro tipo, hay que tener en cuenta factores como lesiones u otras enfermedades. Por estos motivos hay que consultar a un profesional para que nos recomiende que actividad física se adapta mejor a nuestras características.

En cuanto a las modalidades deportivas acuáticas existe un gran abanico y las podemos encontrar en clases monitorizadas o practicarlas libremente:

  • NATACIÓN: En un post anterior os presentamos la natación como un gran aliado de la diabetes. Es una modalidad que se puede practicar por libre, dónde nosotros marcamos el ritmo, o asistir a clases de natación para aprender o perfeccionar la técnica.
  • AQUAGYM o AQUAEROBIC: Sin ninguna duda es el clásico ejemplo de actividad aeróbica en el agua. Las clases se realizan en piscinas poco profundas y  cuentan con un monitor que indican los movimientos y los ejercicios que se han de realizar al ritmo de la música.
  • ACTIVIDADES TERAPÉUTICAS: Algunos clubs de natación o piscinas municipales ofrecen sesiones de natación terapéutica dirigidas a personas con lesiones o enfermedades.
  • CARRERA ACUÁTICA o WATERPOLO: Estas dos modalidades requieren más esfuerzo físico que las anteriores por lo que hay que mantener revisadas las glucemias. La carrera acuática consiste en correr en el agua sin tocar el fondo mientras estamos agarrados por un cinturón de corcho que mantiene el cuerpo flotando. En cambio, el waterpolo es un deporte en equipo que ayuda a mejorar la coordinación y la capacidad cardiorrespiratoria.

Soluciones para la diabetes proporciona la Guía práctica de actividad física y diabetes, donde se especifica los beneficios que comporta la práctica de ejercicio, recomendaciones para evitar hipoglucemias o cetosis, medidas preventivas antes de realizar deporte, entre muchos otros consejos.

Si quieres descubrir más recursos sobre diabetes, en la biblioteca de Soluciones para la diabetes puedes encontrar las siguientes guías sobre diabetes en formato PDF descargables.

Y recuerda, lo más recomendable es consultar con tu médico o especialista antes de iniciarte en la práctica de cualquier actividad física.

Referencias:

  • Revista Sociedad española Diabetes. Los deportes acuáticos y la diabetes. Consultado el 26 de mayo de 2020.

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La información proporcionada en este artículo no reemplaza la relación entre el profesional sanitario y su paciente. En caso de duda, consulte siempre a su profesional sanitario de referencia.